Hay, por las pampas argentinas, en una ciudad que cuelga al borde del mar, un hombre al que le encanta contar historias. Algunas son ingenuas e inocentes como los sueños de un enamorado; otras, tienen esa cualidad terrorífica que caracteriza incluso a las peores pesadillas; las más, son historias nacidas del raciocinio y el análisis objetivo de un problema narrativo concreto. Es que, como sus personajes, este hombre es a la vez muchos hombres; un reflejo acrisolado de su contexto: su familia, sus amigos que partieron hace tiempo, su ciudad con alma de pueblo y su país de alma vaga e incumplidos delirios de grandeza. De él sólo podemos decir esto: quizás el hombre no sepa cómo realizar las tareas más mundanas, o cuál es la diferencia entre un cumplido y una declaración de amor encubierta; pero, lo que sí es seguro, es que siempre tendrá por allí alguna historia nueva que contar. Es que, para él, contar historias es casi tan fácil como caminar. Casi como si, en el intrincado e incomprensible laberinto de sus sendas mentales, ambas cosas fueran prácticamente lo mismo.
Pablo Jacobo es escritor. Nació en el año 1983, apenas unos meses antes de que Alfonsín se sentara en el sillón de Rivadavia. Es oriundo de Mar del Plata, Argentina. Ha escrito infinidad de cuentos cortos, muchos de los cuales aún esperan que los saquen de un cajón y puedan ver la luz.
Se formó como director de cine, estuvo al frente del MARFICI (el Festival Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata) y fue Director General en la Secretaría de Cultura del Partido de General Pueyrredón.
Recientemente, su relato breve titulado «El Mate» fue seleccionado como uno de los cuentos finalistas del concurso Con Cierto Recuerdo 2.