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Llama el Otoño

Hay tanto silencio que puedo escuchar
al mar bramando allá a lo lejos
a un cachorro que gime pesadillas
y a un auto que frena de golpe…
andá a saber por qué.

Con su voz de lata me parte el corazón
una radio mojada que canta triste
tangos grises que olvidaron todos
y que ella aún se empecina en recordar…
igual que yo.

Los pasos furtivos de un caminante insomne
que cruza las calles tiritando de frío
agotado ya de sus pensamientos sombríos
con el anhelo fijo en el hogar distante…
pobre tipo.

Una ráfaga despiadada de viento helado
que cruza las calles como un lamento
moviendo las hojas de los árboles mudos
y haciéndolos cantar por un instante…
los hace llorar.

Estos son en mis oídos las voces gastadas
con las que llama a tu puerta el otoño
y con las que el verano se aleja cansado
hasta que vuelva a brillar el sol…
si es que vuelve.