Skip to content

Una canción

Si uno  la miraba de la forma más fría y objetiva posible, la canción era básica, absolutamente sencilla. Sólo dos acordes que se alternaban y una serie de estrofas casi idénticas entre sí. La instrumentación no era demasiado compleja. La voz de la cantante era hermosa, cálida, pero su registro no era demasiado amplio y abusaba bastante de los falsetes. Pero a pesar de todos estos puntos flojos, su pequeña balada era por todos considerada la mejor canción del mundo, y aquello me molestaba vaya uno a saber por qué. Desde chico me enseñaron que perseguir los gustos de las masas sin pensar es dejarse dominar por poderes ocultos e insospechados;  yo le digo que no a lo que hacen todos, sin pensarlo.
A decir verdad, nunca me había detenido a escuchar la canción con atención. A veces sonaba en la radio mientras yo manejaba, o algún fragmento aparecía en un spot publicitario. Escuché versiones cantadas por otros artistas. Este acercamiento paulatino me puso quizás en una posición demasiado escéptica. Hasta que un día una amiga me dijo, mirándome a los ojos: “hasta que no te sientes sólo a escucharla y le prestes atención de verdad, no podés opinar”. Tenía razón.
No sé por qué elegí hacerlo de noche. Supongo que es lógico, es el único momento del día en el que estoy tranquilo, cuando todos los demás ya se han ido a dormir. Soy un búho entre las alondras.
Estaba a oscuras, sentado en un sillón, con los ojos cerrados. Hace tiempo que me compré unos auriculares marca JVC que cuando los enciendo, el resto del mundo se queda en silencio. Ya la primer nota de la guitarra me cautivó el corazón y más tarde, la canción entera me llevó a vivir una experiencia fantástica. Fue como vivir la vida de otro, como comprender situaciones y sentimientos que nunca habían sido míos. Durante tres minutos viajé por el tiempo y el espacio, vi imágenes que emergían de sueños olvidados hace décadas y lloré con el corazón roto por un amor que nunca había sido mío y que ahora extrañaba con locura.
Pero nunca le doy la razón a nadie. Cuando alguien me pregunta, simplemente digo “si, es un lindo tema, pero nada más…”